Hoy os hablo de las experiencias que solemos tener todas las personas con las emociones. Hasta ahora, he escrito algunas entradas en mi blog de psicología sobre el tema, centrándome en la habilidad para comprender, manejar y o regular las emociones, de modo general. Me faltaba, dar este paso.
¿Cómo vivencias estas situaciones? Fluyes y las aceptas de manera natural con cualquier tipo de emoción, con independencia de que sean desagradables o agradables. O eres de las personas que cuando se te genera una emoción negativa, esto es, desagradables, las niegas, las reprimes o no quieres escuchar tus emociones desagradables, ya que probablemente no sabes manejarlas; en cambio, si estas son positivas o agradables las expresas y no tienes problema alguno en “recordarlas”, ya que probablemente las sepas o tengas facilidad para manejarlas.
Las personas reaccionamos y manejamos de forma curiosa las vivencias o experiencias emocionales, que particulares somos. ¿No, os parece?
Por lo que he visto, tanto en otras personas como en mis propias carnes, cuando las situaciones nos generan emociones, sentimientos o estados de ánimo, nos suelen afectar en la cabeza, en el cuerpo y a nivel de acción. Me da a mí que como no se ha tenido educación emocional, pues las personas no se saben manejar bien cuando las situaciones nos generan emociones o estados de ánimo.
Las buenas noticias, que este tipo de manejo se puede aprender y por tanto, mejorar nuestras habilidades para vivenciarlas de manera más adecuada.
Conviene partir de que las emociones, sentimientos o estados de ánimo, fluyen por nuestro cuerpo y por nuestra mente y esto afecta a nuestra manera de actuar. Como he podido leer en algunos compis de profesión, nosotros y nosotras somos por donde fluyen éstas; por tanto, seamos como la canalización por donde fluyen el río de emociones, sentimientos y estados de ánimo y los pensamientos asociados a ellos, y como decía cierto célebre anuncio, “be water my friend”. Partamos de que todos los estados emocionales, sentimentales o de ánimo son útiles para conocernos mejor, qué órganos y partes del cuerpo les afectan estas; algunas nos afectará solo a garganta y cabeza, otras u otros nos afectará desde el estómago hasta la cabeza, y conviene ser consciente de ello, ya que así en futuras ocasiones, podremos regular de manera más efectiva esas emociones, estados de ánimo o sentimientos.
Una pregunta: ¿Qué se gana o qué nos puede beneficiar ignorar o reprimir nuestras emociones y en dónde nos afectan, especialmente si éstas o éstos son desagradables? La respuesta es fácil, ¿no?, nada.
Ignorar, rechazar, reprimir, o no afrontar, ni ser consciente de, emociones que se suelen considerar negativas, es igual de contraproducente que obligarse a ser feliz a cualquier costa, al final sólo perjudica a la persona que opta por ello. Este tipo de estímulos, como suele decirse, esto es, cualquier tipo de emoción, sentimiento o estado de ánimo, nos proporciona una información muy útil acerca de cada una de nosotras.
Las personas, cuanto mejor nos conozcamos, mejor sabremos que herramientas disponemos para regular estos estados; y si se percibe que no hay herramientas suficientes, podremos ser conscientes de que necesitamos ayuda de un o una profesional de la salud, en concreto de un o una profesional de la Psicología, para generar dichos recursos o herramientas que nos facilite poder regularlos, y así tener la opción de ser una mejor persona, uniendo y equilibrando la parte emocional con la racional.
Para mí, merece la pena vivir cualquier tipo de emoción, estado de ánimo o sentimiento, sean agradables o desagradables, nos hará personas más completas y maduras a nivel emocional.
Seamos lo suficientemente humildes y honestos con nosotras mismas para reconocer en qué nivel de conocimiento emocional nos encontramos, y, a partir de aquí, cambiemos aquello que creamos oportuno para mejorar nuestro conocimiento sentimental y o emocional propio y maduremos en este ámbito, mejorando nuestro nivel de inteligencia emocional y equilibremos nuestras vivencias positivas con las negativas, así dispondremos de toda la paleta de colores emocionales que merece la pena vivir.
Por supuesto, partiendo y reconociendo que cada persona teniendo esta información, se guíe en su vida como crea conveniente.
Desde HTO Psicología, proponemos que tú como persona con sus emociones, sentimientos y estados de ánimo:
- Toma conciencia que tus emociones, sentimientos y estados de ánimo te están enviando información muy valiosa
- Tus emociones no son negativas ni positivas, más bien son agradables o desagradables, y son útiles para que te conozcas mejor
- Valida tus emociones, las experiencias emocionales son diferentes para cada persona, y nadie te puede decir que con una determinada situación y las emociones que sientes, estás siendo exagerada o exagerado.
- Dedica tiempo a tus emociones, practica tu responsabilidad emocional, buscando uno o varios espacios de tiempo para acogerlas, afrontarlas, digerirlas, entenderlas, saber qué es lo que te están diciendo y expresarlas y gestionarlas.
- Permítete sentirlas, vivenciarlas, experimentarlas y salir de tus emociones, sentimientos y estados de ánimo.
- Toda la información que te den tus emociones, sentimientos y estados de ánimo, apúntalos en un diario o bloc de notas personal.
- Si detectas qué fenómenos afectivo – emocionales (entiéndase por emociones, estados de ánimo y sentimientos) son desagradables y cuáles agradables, genera e idea recursos para salir de estos estados, sí haz meditación, crea playlist de canciones que te activen o que te calmen, o que te produzcan sentimientos, emociones y estados de ánimo desagradables u otros recursos que te ayuden a manejarlas. Es muy importante tener habilidades o recursos tanto para entrar como para saber salir de ellos
- Créate el hábito de escribir sobre tus fenómenos afectivo emocionales que te surgen en el día a día, así potenciarás tu expresión emocional.
Me gustaría que pongáis vuestros comentarios y o aportaciones.
Bsis, abrazos y saludos!